Comparto el enlace a la última columna que he publicado en The Trendnet, dedicada en esta ocasión a cuatro proyectos de pintura digital o digitalizada:
- Por una parte, ya he hablado anteriormente de la digitalización de colecciones museísticas, sobre todo mediante los robots fotográficos de Google Art Project. No sabemos si el zoom en la pincelada revelará los pensamientos de quien empuñó el pincel, pero sí que esta tecnología nos acostumbra a mirar a través del "velo" de la alta resolución. La queja habitual entre los historiadores de arte era la dificultad para acceder a imágenes de las obras. ¿Cómo se va a articular la queja en torno a acceder, esta vez sí, pero a "simulacros" de las obras reales? ¿Un doble simulacro siempre será un mal simulacro, como parecía acusar Jean Baudrillard?
- Por otra parte, comparto obras que también poseen una base pictórica tangible, pero cuyas representaciones producen el extraño efecto de parecernos sus posibles homólogos digitales. ¿Se no ha (mal)acostumbrado la vista a pensar en Processing? La "alarma" se me disparó hace un tiempo. Un colega me señaló que, más allá de la vanguardia del net art o net.art de principios de la década de 1990, poco se hablaba de los pioneros informáticos de 1960 y 1970 que tomaron el testigo directo de la abstracción pictórica vanguardista. ¿Dónde empezó todo?
Como extra, propongo un tablón de Pinterest llamado Abstracciones, conceptualismos, tipografías, donde he ido recopilando:
- Abstracciones históricas y actuales
- Formas de arte conceptual buscado o sugerido
- Tipografías para mirar y no (solo) para leer
No pretendo resolver nada con los ejemplos anteriores, ni decantarme hacia la pintura colgada en museos o hacia la que se ejecuta a golpe de ratón, pero sí ir trazando continuos personales que me permitan ir recorriendo mis pequeñas historias de las artes.
(Fuente magen).
- Por una parte, ya he hablado anteriormente de la digitalización de colecciones museísticas, sobre todo mediante los robots fotográficos de Google Art Project. No sabemos si el zoom en la pincelada revelará los pensamientos de quien empuñó el pincel, pero sí que esta tecnología nos acostumbra a mirar a través del "velo" de la alta resolución. La queja habitual entre los historiadores de arte era la dificultad para acceder a imágenes de las obras. ¿Cómo se va a articular la queja en torno a acceder, esta vez sí, pero a "simulacros" de las obras reales? ¿Un doble simulacro siempre será un mal simulacro, como parecía acusar Jean Baudrillard?
- Por otra parte, comparto obras que también poseen una base pictórica tangible, pero cuyas representaciones producen el extraño efecto de parecernos sus posibles homólogos digitales. ¿Se no ha (mal)acostumbrado la vista a pensar en Processing? La "alarma" se me disparó hace un tiempo. Un colega me señaló que, más allá de la vanguardia del net art o net.art de principios de la década de 1990, poco se hablaba de los pioneros informáticos de 1960 y 1970 que tomaron el testigo directo de la abstracción pictórica vanguardista. ¿Dónde empezó todo?
Como extra, propongo un tablón de Pinterest llamado Abstracciones, conceptualismos, tipografías, donde he ido recopilando:
- Abstracciones históricas y actuales
- Formas de arte conceptual buscado o sugerido
- Tipografías para mirar y no (solo) para leer
No pretendo resolver nada con los ejemplos anteriores, ni decantarme hacia la pintura colgada en museos o hacia la que se ejecuta a golpe de ratón, pero sí ir trazando continuos personales que me permitan ir recorriendo mis pequeñas historias de las artes.
(Fuente magen).