Dejo descansar una semana más la serie de publicaciones sobre Infografías y Visualizaciones que inicié este verano (sigue habiendo mucha tela que cortar, pero seguiré cortándola en otro momento), para hacer un inciso y recuperar un tema que, visto el tiempo que hace que no hablo de él, empieza a parecer historia antigua: la visita a una exposición de arte digital (o multimedia según los organizadores).
De entrada la denominación "multimedia" me resulta chocante, y en la tesis doctoral que estoy a punto de terminar (también hablaré sobre ella próximamente) he optado por privilegiar el adjetivo "digital" para desginar lo que aglutina diversos medios pasados por el cedazo de la codificación binaria.
Pero esta semana se ha celebrado la vigésimo primera edición del congreso ACM Multimedia en Barcelona, con lo que no es tanto de extrañar que "multimedia" fuera el adjetivo elegido para difundirlo a través de la nota de prensa del FAD.
Visité velozmente la exposición atraída por nombres históricos como Maurice Benayoun o el Media Lab del MIT. Diez instalaciones ocupaban la sala grande del FAD sin que lograra localizar carteles informativos para cada instalación (o yo no supe verlos), y tampoco encontré ningún folleto relacionado.
¿Smile-Wall? He localizado el listado de obras selecionadas en la página de ACM, pero no hiperenlaces que me indiquen cuál es la cuál. Opino que el hecho de que muchos seleccionados parecen ser estudiantes no tendría por qué ser óbice para enlazar sus trabajos.
Hablo de recuerdos del futuro, porque hace menos de una década era habitual visitar este tipo de instalaciones de carácter pionero en términos tanto tecnológicos como estéticos, me atrevería a decir que una o dos veces al mes. También lo era viajar para ver los últimos desarrollos a (Ars Electronica, Transmediale, ISEA o Laboral. Raro resultaba que no hubiera algún fin de semana en que "bajaras" al CCCB y te dedicaras a saludar a conocidos del mundillo mientras te dejabas epatar por algún tipo de estimulación lumínica, sonora, probablemente interactiva.
No sé hasta qué punto yo misma me he desvinculado de ese tipo de visitas porque he ahondado todo lo que he podido en el ámbito del "arte contemporáneo" (museos, galerías, espacios independientes). No sé hasta qué punto mis entrada previas de arte digital vs arte contemporáneo se revelan estériles a fecha de hoy: si fueran vinos, no han querido o podido mezclarse las variedades.
MixPerceptions (Aurelio San Pedro, José San Pedro, Juan Pablo Carrascal y Matylda Szmukier)
Emotion Forecast (Maurice Benayoun)
Supongo que la crisis económica se ha cebado justamente con aquellas formas de arte que contemplan con mucho recelo quienes al mismo tiempo adoran las tecnologías que las posibilitan. Pero también es verdad, que, más allá del efecto atractor de la "novedad" que suponen diversas capas de realidad aumentada o mapas como herramientas de visualización interactiva, se reviven recuerdos del futuro cuando por ejemplo una de las instalaciones del ACM 2013 vuelve a ser una caja negra sensible a nuestros movimientos. Ya hace casi veinte años de la osmosis de Char Davies.
Como estoy a pocos meses de dar por finalizada una investigación de años sobre aspectos muy determinados del arte digital, siento la responsabilidad y necesidad de explicar y revelar, a la manera arqueológica, un apartado de la creación de los últimos años que las estructuras de la comunicación y el arte parecen empeñadas en saltarse. Pero no pienso hacer estos esfuerzos sin tener muy en cuenta el panorama, a mi entender vulnerable y puede que incluso asincrónico, que instalaciones como las de ACM sugieren.
(La foto inicial corresponde a Gestural Pen Animation, realizada por Sheng-Ying Pao and Kent Larson dentro del MIT Media Lab).