Hace casi tres años escribí una entrada de blog comentando las nociones de "dieta de medios" y "matriz de medios"que empleaba en la docencia en Comunicación para la Universitat Oberta de Catalunya, y que resultaban muy útiles para analizar el consumo de medios de comunicación.
Los conceptos de dieta y matriz de medios fueron originariamente descritos por el investigador estadounidese en Sociología de la Comunicación Joshua Meyrovitz, en sus estudios sobre la influencia de los medios de comunicación en la formación de las personas:
- Dieta de medios, o conjunto de medios que consume una persona. No se trata, pues, de dieta entendida como "régimen" o "comer menos", sino en describir qué se "come".
- Y matriz de medios, o jerarquía entre los medios consumidos (cuál se consume más o menos).
Me gustaría contrastar las afirmaciones personales que hice hace casi tres años con el panorama actual, partiendo de la siguiente premisa: con la digitalización masiva y el crecimiento exponencial del smartphone de gama alta, el consumo móvil ha devenido elevadísimo.
Veamos la situación antes y ahora...
- Mi experiencia es digital la mayor parte del tiempo. Me levanto y me acuesto cerca del ordenador y del smartphone.
Más cierto que nunca.
- Por este motivo, cada vez resulta más fácil pensar la dieta de medios en relación a los dispositivos donde se consumen los medios que a los medios en sí.
¿Debería dejar de hablar de dieta de medios y partir de los dispositivos, analizando el porcentaje de consumo de cada aplicación y no si algo es "televisión" o "radio"?
- Porque trabajo creando, editando, revisando y leyendo textos la mayor parte del tiempo, mi dispositivo principal es el ordenador de sobremesa.
Ya no es así. Paso menos tiempo sentada en un solo lugar, por lo que también utilizo mucho el portátil y el móvil.
- Porque utilizo el ordenador como dispositivo principal, y porque no me atrae la programación de la televisión digital por paquetes tal y como suele ofrecerse, ahora mi televisor es solo una pantalla donde, puntualmente y gracias al DVD o el disco externo multimedia, veo alguna película o serie.
Ya no tengo televisor. Veo las series en el ordenador, en la páginan oficial o en otras. He probado sistemas tipo Yomvi, pero sigue siendo frustrante: si otro miembro de mi familia quiere usar Yomvi al mismo tiempo, sencillamente no puede. Y sigo cuestionando los paquetes de series: ¿por qué no puedo ver en el mismo paquete Mr Robot y algo diametralmente opuesto como Madam Secretary? ¿Porque se me segmenta como espectadora de manera tan convencional?
- Lo que has vivido en tu familia determina tu dieta de medios.
Eso permanece pese a que obviamente hay diferencias generacionales, si bien me gusta mantener una perspectiva crítica respecto al término "nativo digital": será nativo/a en la fluidez de uso de la tecnología, pero los conocimientos del mundo digital y no digital hay que adquirirlos igualmente, ¿no es así?
- Tanto por mis vínculos doctorales como docentes estoy al tanto de los últimos informes relativos al consumo de medios en Cataluña y España, y muy especialmente respecto al consumo de medios en formato móvil. Sigo leyendo informes todo el tiempo, entre los cuales recomendaría especialmente los de IAB Spain. En este apartado comentaba que la pantalla del smartphone me resultaba incómoda: entonces tenía un Samsung de tamaño mediano. Con mi Sony Xperia actual el problema ha desaparecido: mi teléfono es, en todos los sentidos, un pequeño ordenador.
- Utilizo Whatasapp para comunicarme puntualmente con mis círculos sociales, en ocasiones compartiendo fotos.
Sí, así es, si bien comparto fotos en las otras redes sociales que utilizo: es decir, las imágenes están por doquier. Cuesta hablar de una "red de texto puro". En este apartado comentaba que la gente utilizaba menos el correo electrónico para trabajar: enmi caso ahora lo utilizo más, y lo prefiero. Afortunadamente en ningún trabajo me han impuesto el uso de Whataspp, y lo agradezco: necesito parcelar mis actividades y esferas para ser más eficiente y a la vez disponer de tiempo para mí.
- Hay muchas críticas a Facebook y muchos elogios de Twitter. Desde 2013, Twitter parece haberse desinflado y ha descendido en número de usuarios (activos): todas las cifras oficiales hablan de menos de 300 millones, mientras que Facebook ronda los 1.600 e Instagram por ejemplo ha subido a más de 500 millones. Facebook es la red más criticada, y sin embargo muchos usuarios no se dan de baja, incluye muchas novedades visuales (vídeo en directo, imágenes 360º, etc). Twitter sigue siendo la red de referencia para periodistas, políticos y algunos famosos. Sin embargo, entre centenares de estudiantes que he tenido en los últimos años, a duras penas he encontrado un par que tuviera auténtico interés en Twitter. Hay una brecha, me temo, entre los profesionales de la informacion fanáticos de Twitter y el resto. "No entiendo para qué sirve", me comentan cándidamente.
- Pinterest es mi red social para relajarme.
No tanto. La uso a menudo porque utilizo el sistema de marcadores visuales para ordenar ideas que luego utilizo para preparar mis clases. Pero sí debo reconocer que es difícil relajarse cuando una parte significativa de tu trabajo consiste en estar al día de las novedades en múltiples redes sociales que ofrecen actualizaciones diarias o semanales.
- En relación al punto anterior y los desconocidos, aunque la televisión digital se pone las pilas para ofrecer series de interés en cuanto se emiten en su país de origen, si ves series de formas, cuando menos, alegales, se genera una peculiar sincronía con un montón de desconocidos de otros países que ven el mismo producto a la vez que tú.
Totalmente de acuerdo. Hay un montón de gente ahí fuera (aquí dentro) a la que nunca conoceré y que me hace reír o me conmueve con sus observaciones.
- Manejo diversas cuentas de correo electrónico, y estoy suscrita a gran cantidad de listas y recursos variopintos para alimentar mi personalidad serendípica.
Desde 2015 también soy docente de comunicación y márketing aplicados al turismo y la hostelería, por lo que esas listas de correo (Smart Travel News, Noticias de Comunicación y Márketing, etc.) se han tornado sencillamente imprescindibles.
- El exceso de información es un hecho, ahora y hace quinientos años. La novedad es la estructuración y las formas de acceso a esa información.Y esa estructuración cada vez pasa más por la pantalla del móvil. A raíz de la inesperada victoria del "sí" en el referéndum británico que votaba si salir de la Unión Europea, se ha puesto asimismo de moda comentar un término, agnotología, que describe la capacidad de generar "ignorancia"en un contexto donde hay mucha información, aportando gran cantidad de "datos"... falsos.
- Mi fetichismo analógico pasa por leer los libros en papel, de segunda mano particularmente, sobre temas que no tengan mucho o nada que ver con el resto de mi consumo de medios.
Más de acuerdo que nunca. No tengo en nada en contra de los libros electrónicos, sencillamente necesito parcelar mis lecturas que no son de aplicación inmediata profesional.
- Mi obsesión digital pasa por hacer fotografías con el smartphone.
Sí, desde luego, ahora más con Instagram, y también, dado que en 2014 puse en marcha una línea de investigación y docencia denominada "redes sociales visuales", dedico mucho tiempo a investigar el vídeo. Es decir, no tanto desde una perspectiva técnica, sino desde una perspectiva creativa y estratégica: ¿cómo utilizo esta red social visual, y para qué?
- Creo que toda forma de desconexión analógica y digital debe plantearse, pero intento no sentirme "culpable" por mi dieta de medios.
Culpable no me siento. Cansada sí. Las novedades son tantas que hay que filtar muchísima infomación. Pero también es posible que a fuerza de impartir docencia e investigar sobre redes sociales visuales, consiga perfeccionar un método de no saturación. Os lo haré saber enseguida en cuanto lo diseñe.
Para saber más, ved también mis otras entradas sobre redes sociales visuales.
(Fuente imagen)