El lunes 16 de noviembre comienza la segunda edición de Barcelona Pensa, un festival (y no un congreso) dedicado a pensar y (por ende) a hacer filosofía. Un festival que no solo tiene lugar en las aulas, sino en espacios originales e inusuales como cafeterías, bares, museos, la Filmoteca... y que no solo habla de "grandes temas trascendentales", sino también de lo más mundano.
Como disfruté mucho con la primera edición del festival (fue emocionante, por ejemplo, la explicación sobre la "suerte epistémica" en la sección Flash Philosophy que entonces acogió la librería Calders), aprovecho la coyuntura para ofrecer cinco propuestas dirigidas a alguien parecido a mí, es decir, que se entusiasme con la filosofía en múltiples vertientes, pero que no necesariamente se dedique a ella.
Allá voy:
1) Mi selección de Barcelona Pensa 2015. Destaco tres actividades variopintas para activar las neuronas; hay más de cuarenta en total.
La filosofia del quotidià en la librería Calders, a cargo de investigadores GEF y LOGOS
¿Es posible adquirir conocimento de las ficciones?a cargo de Manuel García-Carpintero (UB), en la librería + Bernat
Flash Philosophy, en Cervesa Artesana, a cargo de diversos investigadores (Aquest any proposem presenciar tres rondes de combats filosòfics al més vell estil de les batalles oratòries clàssiques: dos ponents presentaran i discutiran dos punts de vista oposats sobre un problema filosòfic. Després de la batalla, el públic podrà intervenir amb preguntes o comentaris).
2) La montaña mágica, de Thomas Mann. El protagonista de esta extrañísima novela ambientada en un balneario de Davos es un joven algo atolondrado llamado Hans Castorp. Las aventuras de Hans no son solo las de una conciencia en formación: el bildungsroman se ancla en dos mentores, Naphta y Settembrini, representantes de un espectro ideológico que abarca desde los ideales renacentistas al nihilismo arraigado en el marxismo. Dicho en plata: un recorrido por la distancia constante entre el pensar y el hacer. Dicho en cobre: diría que es un libro hipnótico sobre el misterio cotidiano y lo inefable, lo que no se sabe explicar.
3) Alicia en el país de la maravillas, de Lewis Carroll. Los problemas de Alicia son problemas de lógica: ¿cómo pueden existir cosas que no existen?, ¿cómo pueden decirse cosas que no son? Un libro tremendamente sugerente para contemplarse como un niño dentro de un adulto, que continúa siendo fuente de inspiración inagotable para las artes visuales.
4) El abecedario de Gilles Deleuze: no he tenido precisamente una relación amorosa con Gilles Deleuze. En mi opinión, La imagen-tiempo y La imagen-movimiento son libros excesivamente difíciles para estudiantes de cine jovenzuelos como yo lo fui en su momento. La premisa del rizoma también resultaba atractiva, pero la lectura de las Imposturas intelectuales de Alain Sokal y Jean Bricmont me hizo retraerme una vez más. Dispuesta a seguir intentándolo, tomé un breve curso sobre Deleuze a cargo de José Luis Pardo, donde el trazado de sus filiaciones intelectuales y este abecedario grabado en vídeo lograron acercarme un poco a una persona tremendamente observadora de lo más metafísico y lo más cotidiano.
5) El primer capítulo del Decálogo de Kristof Kieslowski:"Amarás a Dios por encima de todas las cosas" es uno de mis capítulos preferidos de una serie televisiva muy poco convencional. En la Polonia de 1980, el padre del pequeño Pavel es profesor de lingüistica y entusiasta de los primeros ordenadores personales. Pavel también tiene una relación estrecha con su tía, una mujer muy piadosa. Pavel quiere salir a jugar fuera. Lo que sigue es la brutalidad del dualismo más elemental, mostrado de la forma más poética posible.
EXTRA: Mi guía anterior sobre inteligencia artificial y posthumanismo también resume mi apasionamiento "filosófico"por los límites de la conciencia, el hombre, la máquina... dentro de los márgenes entretenidos de la cultura popular digital.
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