Leída la tesis doctoral, ¿ahora qué? Fue una pregunta que empecé a hacerme poco después de las dos de la tarde del viernes 6 de junio, y que vengo planteándome desde entonces.
Por primera vez desde hace varios años he descansado realmente durante el mes de agosto. Pero también he estado dando vueltas al dichoso asunto del futuro. Aunque es improbable que nos encontremos practicando deportes (aunque sí, quizás, nadando), pero las ruedas de esta cabecita mía necesitan movimiento constante, verano incluido.
¿Ahora qué, ahora qué, ahora qué?
He dividido a mis desarrollos profesionales hasta la fecha en tres patas: 1) Academia, 2) Traducción y 3) Arte.
1) Academia: ¿Qué hago con el título de doctora?
Directamente, lo suyo es acreditarse, "a la catalana" o "a la española". La acreditación garantiza adecuación a las plazas de profesor investigador que los gobiernos de los últimos años se resisten a convocar.
Para acreditarse, al título de doctor hay que sumar la elaboración de artículos científicos (académicos), la investigación en general y la docencia. Así que, pese a mi experiencia previa, la carrera académica en realidad acaba de empezar.
Otra opción es buscar una beca postdoctoral (muy atractiva para ver un poco de mundo). En este caso hay que tener muy en cuenta la diferencia entre aquellas dedicadas a la movilidad de personal investigador contratado a tiempo completo en una universidad (la mayoría), y las que básicamente exigen ser doctor. También en este último caso las exigencias y competencia son elevadas.
Indirectamente, lo suyo es buscar un trabajo académico que no pase necesariamente por la acreditación para plazas de profesor investigador convocadas ni por las estancias postdoctorales.
Respecto a este punto, llevo años traduciendo para revistas académicas como Artnodes e Hipertext. Sobre este particular, mi objetivo a medio y largo plazo recibe el nombre de "Objetivo Joseph Conrad".
Cuando era niña, como nos pasa muchas mujeres, tenía muchos referentes históricos masculinos y ningún problema en pensarlos como modelos, más allá de la diferencia obvia de género. Como desde muy pequeña me encantaba estudiar inglés, me encandiló la figura de Joseph Conrad, que no lo aprendió hasta los veinte años y sin embargo lo adoptó como lengua literaria.
El inglés es la lengua franca del mundo, y la lengua académica por excelencia. Obtuve el Proficiency in English con 18 años y llevo traduciendo ininterrumpidamente desde los 22, pero todos sabemos que una lengua extranjera no equivale a una lengua materna.
Por todo ello, para perfeccionar mi inglés en la traducción inversa y para la escritura académica, mi "Objetivo Joseph Conrad" consiste en leer sin parar, no solo literatura, sino también publicaciones académicas anglosajonas para empaparme más y mejor de sus modismos. Los traductores, a fin de cuentas, somos actores, imitadores de otros idiomas.
Pero esto no es lo único que me interesa como "paracademia". Preocupada por el alcance de mi trabajo y el de mis colegas, llevo unos meses leyendo intensamente sobre impacto y divulgación de la investigación. Me interesa el impacto cualitativo. Me interesan las métricas alternativas. Estoy ordenando recursos específicos sobre este tema.
2) Traducción: ¿Cómo mejorar los vínculos editoriales?
Comentado largo y tendido mi interés por reforzar el vínculo entre academia y traducción, falta comentar que estoy investigando a fondo la presencia editorial en redes sociales para mejorar y estrechar mi red de contactos profesionales.
Me interesa mucho seguir traduciendo ficción y ensayo. Pero me interesa también proponer traducciones y me planteo asimismo la autoría, no necesariamente de ficción, sino de mi querido ensayo. ¿Se puede escribir sobre temas interesantes por encargo?
3) Arte: ¿Qué hago con mi interés por el arte?
No habría podido llevar mi tesis doctoral a buen puerto sin las incontables horas que he pasado visitando exposiciones. Lo que en principio tenía más de válvula de escape que otra cosa deviene cada vez más un campo profesional muy atractivo.
Sí, he escrito sobre Arte Contemporáneo anteriormente. He traducido. Pero quiero más.
Tras pasarme años escribiendo sobre Narrativa en Arte Digital, ahora, no sé si por llevarme la contraria, me encantaría escribir sobre Abstracción en Arte Contemporáneo y Diseño, y en parte por este motivo llevo dos tableros de Pinterest recopilando (véase I y II), además de la serie de Infografías y Visualizaciones.
Aparte de la escritura, me planteo seriamente qué posibilidades tendría como comisaria de arte. Esto también conecta con lo académico: haber aprendido y ordenado una serie de conocimientos especializados, ¿puede traducirse a una práctica profesional distinta?
Todas estas observaciones me mantienen la mente moderadamente ocupada. Como decía, las iré desglosando bajo la etiqueta "postdoc" y el principio de título "Síndrome postdoc". Espero que os interesen y podáis extrapolarlas si os encontráis en una situación profesional similar a la mía.
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