Hace un poco de frío donde vivo, así que voy a poner un poco de carne en el asador de este blog.
Esta semana pasada se estrenó el último vídeo del rapero Kanye West, pareja de Kim Kardashian, cuyas carreras musical y publicitaria, respectivamente, no sigo. El videoclip, de carácter fantasioso y subido de tono, consta entre otras cosas de varios desnudos de la famosa, que me hicieron pensar en dos elementos:
- En el adjetivo inquietante, que tanto me gusta para definir algo que está pasando, cuando no parece que ocurra algo grave, pero sí que se cierne algo siniestro.
- Y en un artículo que escribí hace ya diez años para la página Comunicación & Medios, creada por Roberto Suárez para aglutinar artículos sobre temas serios de comunicación. Mi participación se adscribió a la sección miscelánea, donde hablé de Jennifer López.
Basculo entre culturas como cualquiera y estoy relativamente al día de los cotilleos de la prensa rosa, sobre todo si tiene que ver con moda, pero siempre he intentando no seguir el juego, no hacer excesivo caso al tema de los famosos o celebrities como "personalidades" a estudiar en el ámbito de la comunicación (entendida como márketing).
No obstante, me armé de cierta estructura mental, un poco de mala leche y sentido del humor para estudiar a Jennifer López como ejemplo de convergencia mediática, y al ver el vídeo de West y Kardashian, he pensado: "¿Se masca una trilogía de lo inquietante a través de ciertos cuerpos de famosas?": López para 2003, Kardashian para 2013... ¿quién para 2023?
Ya lo veremos. En todo caso, adjunto revisado el texto que escribí sobre López. Me temo que no ha perdido vigencia, y lo utilizaré para contrastar mis opiniones, aún en gestación, sobre el exhibicionismo de Kardashian y compañía. Que disfrutéis de la inquietud (tranquilos, no llega a las tres páginas).
(Fuente imagen)