"Ave César: los que van a morir te saludan" es la traducción y adaptación de una expresión latina utilizada para referirse a cautivos y criminales que temían morir en representaciones de batallas navales, y hoy en día remite a quienes se enfrentan a empresas muy arriesgadas.
¿Puede haber algo más arriesgado, en términos de tecnología y economía, que la burbuja de las punto com? Pues quien sabe si la burbuja de las aplicaciones web 2.0...
La historia siempre se cuenta así: se desarrollan aplicaciones fastuosas, salen acciones a la venta, algunos compran, otros no, pero su valor se infla... y corre el riesgo de depreciarse tan rápido como ha crecido, de manera que la burbuja estalla.
Aparte del desinterés de los inversores, otra cuestión importante es la del interés de los consumidores. Y con tanta oferta, la verdad es que cuesta mucho centrarse. Repaso algunos casos personales de aplicaciones en las que me he dado de alta, y en realidad no he vuelto a entrar o apenas entro:
![http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/a/aa/ResearchGate_Logo.png]()
La academia horizontal. Cuando estaba con los cursos de doctorado de la UPF me daba rabia la aparente estructura piramidal de Academia, y pensé que ResarchGate sería una buena alternativa. Rellené cuidosamente algunos datos. Creée un grupo con mis datos y los de compañeros de mi doctorado y otros doctorados afines de Comunicación. Publicábamos eventos y queríamos mantenernos informados de lo que ocurriría, sobre todo teniendo en cuenta el caos de Bolonia.
Y entonces se convirtió en una inmensa cantidad de trabajo: alguien tenía que hacer de mediador con Secretaría y desentrañar la kafkiana red de novedades administrativas de los distintos programas en curso/alguien tenía que coordinar los encuentros presenciales entre doctorados/alguien tendría que asisitir a esos encuentros/alguien tendría que transcribir las informaciones administrativas, avisar de los encuentros y transcribirlos y resumirlos. Resultado: el solipsismo de la ficha personal en Academia, aunque, como ocurre en Linkedin, Academia parece una sucesión de enlaces entre personas que no sé si van a algún puerto... como los "toques" de Facebook:
- Oye, que te he visto...
- Ah, hola...
- Vale, ¿y ahora qué hacemos?".
- Pues...
Como decía Massive Attack en la canción "Safe from harm" (1991): "I was lookin' back to see if you were lookin' back at me/To see me lookin' back at you".
![http://www.crunchbase.com/assets/images/resized/0007/2415/72415v4-max-250x250.png]()
Preguntas con respuesta. El primer día debí de poner que me gusta The Wire y desde entonces, de vez en cuando, recibo preguntas sobre la serie combinadas con aviso de amigos que se han dado de alta. No he vuelto a entrar y no tengo previsto hacerlo, así que puede que se trate de una herramienta maravillosa y la esté juzgando mal.
Me recuerda, en el ámbito de las preguntas, al fenómeno de agregadores de contenidos: no me "enganché" a Netvibes y seguí entrando en una página tras otra de noticias y otras informaciones al empezar la mañana (quizás, no por vagancia de no querer entrar en Netvibes, sino por perder un poquito más de tiempo antes de ponerme a trabajar...).
En cambio, entiendo mucho mejor agregadores para móvil como Pulse... ¡es una pantalla tan pequeña! ¡Es divertido arrastrar cuadraditos! O es que en el móvil no pienso perder el tiempo de igual manera...
En cualquier caso, se me hace muy raro recibir de repente un correo donde me preguntan cosas como: "¿Crees que Stinger Bell era buen tío?". Soy fanática de bastantes series, y entiendo la adicción a los foros. Pero no sé si se puede generar la misma experiencia adictiva en las que ya no están vigentes.. queda tanto por ver...
![http://rosshair.com/wp-content/uploads/2011/12/Google-Plus-Logo-Square.jpg]()
La red práctica y bonita. ¿Es Facebook a Google + lo que Microsoft a Apple? Fagocita lo bueno sin pedir permiso, y encima aglutina más. Es probable que Facebook esté al borde la saturación, que se genere demasiado ruido y que la gente huya despavorida si siguen poniendo anuncios y metiéndose en tu vida privada. Pero, ah, ya estás dentro. Dentro estás. No se trata tanto del miedo a quedarse "fuera de las cosas" por no estar dentro (ahora ya da igual, si sigues queriendo ver a alguien le envías un correo o le llamas y punto).
Ahora ya hay un montón de gente que está dentro. Y como los personajes en busca de autor, puede que incluso sepan que son personajes, pero ya da igual. Estamos dentro de la caja. ¿Cómo podemos aprovecharla? Entonces seguramente el "error" de Google + fue llegar demasiado tarde. Y trufarlo todo de anuncios no ayudó mucho. ¡Una interfaz tan bonita, llena de anuncios! ¡No habíamos huido de la televisión para esto! Muy interesante la posibilidad de seguir sin que te sigan, y al revés (qué siniestro haberme acostumbrado a usar con tanta frecuencia y de este modo el verbo "seguir")... pero entonces llegó la red de Zuckerberg y ñam ñam ñam...
No digo que estás redes estén muertas. El César podía perdonar a los que sobrevivían a las batallas. Pero el cerebro del que dispongo posee unas capacidades determinadas. Yo creo que es flexible, pero, por desinterés y/o capacidad, no lo admite todo. Otro día tendría que hablar más a fondo de la experiencia Pinterest, más interesante a pesar de la homogeneidad estética y la espeluzntante concurrencia de fotos sobre bodas. Pero estas redes que he descrito, en lo que a mí respecta, y pese a no haberme dado de baja de ellas, se confunden con el borrón que cada mañana supone encender el ordenador y conectarme a Internet a ver qué pasa.
¿Puede haber algo más arriesgado, en términos de tecnología y economía, que la burbuja de las punto com? Pues quien sabe si la burbuja de las aplicaciones web 2.0...
La historia siempre se cuenta así: se desarrollan aplicaciones fastuosas, salen acciones a la venta, algunos compran, otros no, pero su valor se infla... y corre el riesgo de depreciarse tan rápido como ha crecido, de manera que la burbuja estalla.
Aparte del desinterés de los inversores, otra cuestión importante es la del interés de los consumidores. Y con tanta oferta, la verdad es que cuesta mucho centrarse. Repaso algunos casos personales de aplicaciones en las que me he dado de alta, y en realidad no he vuelto a entrar o apenas entro:

La academia horizontal. Cuando estaba con los cursos de doctorado de la UPF me daba rabia la aparente estructura piramidal de Academia, y pensé que ResarchGate sería una buena alternativa. Rellené cuidosamente algunos datos. Creée un grupo con mis datos y los de compañeros de mi doctorado y otros doctorados afines de Comunicación. Publicábamos eventos y queríamos mantenernos informados de lo que ocurriría, sobre todo teniendo en cuenta el caos de Bolonia.
Y entonces se convirtió en una inmensa cantidad de trabajo: alguien tenía que hacer de mediador con Secretaría y desentrañar la kafkiana red de novedades administrativas de los distintos programas en curso/alguien tenía que coordinar los encuentros presenciales entre doctorados/alguien tendría que asisitir a esos encuentros/alguien tendría que transcribir las informaciones administrativas, avisar de los encuentros y transcribirlos y resumirlos. Resultado: el solipsismo de la ficha personal en Academia, aunque, como ocurre en Linkedin, Academia parece una sucesión de enlaces entre personas que no sé si van a algún puerto... como los "toques" de Facebook:
- Oye, que te he visto...
- Ah, hola...
- Vale, ¿y ahora qué hacemos?".
- Pues...
Como decía Massive Attack en la canción "Safe from harm" (1991): "I was lookin' back to see if you were lookin' back at me/To see me lookin' back at you".

Preguntas con respuesta. El primer día debí de poner que me gusta The Wire y desde entonces, de vez en cuando, recibo preguntas sobre la serie combinadas con aviso de amigos que se han dado de alta. No he vuelto a entrar y no tengo previsto hacerlo, así que puede que se trate de una herramienta maravillosa y la esté juzgando mal.
Me recuerda, en el ámbito de las preguntas, al fenómeno de agregadores de contenidos: no me "enganché" a Netvibes y seguí entrando en una página tras otra de noticias y otras informaciones al empezar la mañana (quizás, no por vagancia de no querer entrar en Netvibes, sino por perder un poquito más de tiempo antes de ponerme a trabajar...).
En cambio, entiendo mucho mejor agregadores para móvil como Pulse... ¡es una pantalla tan pequeña! ¡Es divertido arrastrar cuadraditos! O es que en el móvil no pienso perder el tiempo de igual manera...
En cualquier caso, se me hace muy raro recibir de repente un correo donde me preguntan cosas como: "¿Crees que Stinger Bell era buen tío?". Soy fanática de bastantes series, y entiendo la adicción a los foros. Pero no sé si se puede generar la misma experiencia adictiva en las que ya no están vigentes.. queda tanto por ver...

La red práctica y bonita. ¿Es Facebook a Google + lo que Microsoft a Apple? Fagocita lo bueno sin pedir permiso, y encima aglutina más. Es probable que Facebook esté al borde la saturación, que se genere demasiado ruido y que la gente huya despavorida si siguen poniendo anuncios y metiéndose en tu vida privada. Pero, ah, ya estás dentro. Dentro estás. No se trata tanto del miedo a quedarse "fuera de las cosas" por no estar dentro (ahora ya da igual, si sigues queriendo ver a alguien le envías un correo o le llamas y punto).
Ahora ya hay un montón de gente que está dentro. Y como los personajes en busca de autor, puede que incluso sepan que son personajes, pero ya da igual. Estamos dentro de la caja. ¿Cómo podemos aprovecharla? Entonces seguramente el "error" de Google + fue llegar demasiado tarde. Y trufarlo todo de anuncios no ayudó mucho. ¡Una interfaz tan bonita, llena de anuncios! ¡No habíamos huido de la televisión para esto! Muy interesante la posibilidad de seguir sin que te sigan, y al revés (qué siniestro haberme acostumbrado a usar con tanta frecuencia y de este modo el verbo "seguir")... pero entonces llegó la red de Zuckerberg y ñam ñam ñam...
No digo que estás redes estén muertas. El César podía perdonar a los que sobrevivían a las batallas. Pero el cerebro del que dispongo posee unas capacidades determinadas. Yo creo que es flexible, pero, por desinterés y/o capacidad, no lo admite todo. Otro día tendría que hablar más a fondo de la experiencia Pinterest, más interesante a pesar de la homogeneidad estética y la espeluzntante concurrencia de fotos sobre bodas. Pero estas redes que he descrito, en lo que a mí respecta, y pese a no haberme dado de baja de ellas, se confunden con el borrón que cada mañana supone encender el ordenador y conectarme a Internet a ver qué pasa.